Las marcas más memorables no son solo un logo bonito o un eslogan pegajoso. Son entidades con carácter propio, que se visten, hablan y actúan con una coherencia tal que se sienten casi humanas. En un mundo saturado de opciones, las marcas que logran destacar no son aquellas que imitan tendencias o replican el éxito de otras, sino las que construyen una identidad auténtica, diferenciada y alineada con su propósito.

Construir una marca es como construir una persona
Imagina que estás creando un personaje. No solo defines su apariencia, sino también su tono de voz, su manera de comportarse, sus valores y creencias. Lo mismo sucede con una marca: debe tener un ADN propio, una personalidad que la haga única y reconocible.
Desde la forma en que comunica hasta su identidad visual y su comportamiento en distintos puntos de contacto, una marca debe reflejar un carácter definido. Este carácter influye en cómo la percibe su audiencia y en cómo se relaciona con ella, generando conexiones más profundas y duraderas.
La psicología de los arquetipos y su aplicación en branding
Carl Gustav Jung introdujo el concepto de los arquetipos: patrones universales de comportamiento y personalidad que se repiten en la historia y en la cultura. En el branding, estos arquetipos ayudan a definir el carácter de una marca, dotándola de coherencia y autenticidad.
Existen 12 arquetipos principales que las marcas pueden adoptar, según su propósito y valores. Algunos ejemplos son:
· El Creador: Innovador y visionario, como Apple o Lego.
· El Explorador: Aventurero y libre, como Jeep o The North Face.
· El Cuidador: Protector y compasivo, como Johnson & Johnson o Unicef.
· El Héroe: Valiente y determinado, como Nike o Adidas.
Definir un arquetipo para una marca no significa encasillarla, sino darle un punto de partida estratégico que le permita comunicarse de manera auténtica y conectar con su audiencia de forma emocional.
La coherencia como pilar de una marca fuerte
Una marca con carácter no solo tiene un arquetipo bien definido, sino que lo expresa en cada interacción con su público. Esto significa que su tono de comunicación, su identidad visual, su servicio al cliente y hasta su comportamiento en redes sociales deben estar alineados.
Si una marca adopta el arquetipo del Explorador, pero su comunicación es rígida y convencional, se genera una disonancia que afecta la percepción del público. Por eso, construir una marca fuerte requiere una estrategia donde cada elemento refuerce su personalidad y valores.
Marcas con identidad propia, marcas que conectan
Hoy, más que nunca, las personas buscan marcas con autenticidad, que no imiten, sino que aporten algo genuino al mundo. Construir una marca no es solo diseñar un logo o elegir colores, es definir un carácter, una voz y una manera de ser que la haga inconfundible, es por esto que decimos que más allá del logo una personalidad propia.
En TAC, ayudamos a las marcas a descubrir y potenciar su identidad, asegurando que cada elemento de su comunicación refleje su esencia de manera coherente y memorable. Porque una marca sin carácter es solo un nombre, pero una marca con personalidad es una experiencia que deja huella.
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